Estaba atardeciendo. Por aquel entonces las tardes en aquella zona cercan al Arno resultaban particularmente frías e incómodas, sobre todo para un espíritu abatido a la espera de una señal o, de hecho, cualquier cosa. La desesperación tien modos muy sutiles de apresar el ánimo y a Ludovico, le toco la intromisión obsesiva...procuró buscar en los acontecimientos vividos años atrás,cerca de 4, algún sentido a su error: ir en busca de un pergamino que si acaso no existía era más probable no dar con tal, dado que tenía, si es cierto, ¿cinco, o más?, siglos de antiguedad.
Sobre las piedras, entre algúnos arbustos y muy cerca de un arroyo, permitía dócilmente que una fría y chispeante lluvia, desde luego previa a una tormenta segura, le llenará de incógnitas el cerebro.
Al poco de enderezar su espalda -era mucho el tiempo que yació recostado - acercó su mano al pecho, por dentro de sus sucios ropajes y arrancó un cordón del que colgaba en papiro grabado un número: 1480. Pensaba...queda tanto para esta fecha y yo he perdido tanto tiempo y energía por ella. Y sólo he buscado y sufrido. No puedo sufrir más. Y tan pronto como entendió estas palabras advirtió el trote de un caballo.
Muy despacio llegaba hacia un caballo negro, bellisimo. Sobre él, montándolo con perfección y entereza un ser con una capa enorme cuyos largos pliegues tapaban elegantemente la totalidad de su cuerpo, giró su cabeza, una vez llegó cerca de ludovico y dijo" ¿TAN PRONTO SE RINDE TU ÁNIMO, TUS PIERNAS, TU CORAZÓN, TU MENTE; TAN PRONTO TU SER DEJA DE LADO SU TAREA?"
-¿Quien eres?
-Uno que nadie espera y que cuando vuelva a venir nadie querrá ver.Levántate, estás muy cerca - dijo con media sonrisa.Y se marcho a toda velocidad, sin ruido.
Algo más tarde, después de que su mente se repusiera del asombro, se levanto y se acercó al arroyo del cual quiso beber su agua. Entonces vio algo. HIC, sobre una piedra, en pintura.
Levantó la piedra, le dio la vuelta y en ella ponía MCDLXXX.
